domingo, 29 de diciembre de 2013
Idolatria
Los formadores de imágenes de talla, todos ellos son vanidad, y lo más precioso de ellos para nada es útil; y ellos mismos son testigos para su confusión, de que los ídolos no ven ni entienden.¿Quién formó un dios, o quién fundió una imagen que para nada es de provecho? He aquí que todos los suyos serán avergonzados, porque los artífices mismos son hombres. Todos ellos se juntarán, se presentarán, se asombrarán, y serán avergonzados a una.
El herrero toma la tenaza, trabaja en las ascuas, le da forma con los martillos, y trabaja en ello con la fuerza de su brazo; luego tiene hambre, y le faltan las fuerzas; no bebe agua, y se desmaya. El carpintero tiende la regla, lo señala con almagre, lo labra con los cepillos, le da figura con el compás, lo hace en forma de varón, a semejanza de hombre hermoso, para tenerlo en casa. Corta cedros, y toma ciprés y encina, que crecen entre los árboles del bosque; planta pino, que se críe con la lluvia. De él se sirve luego el hombre para quemar, y toma de ellos para calentarse; enciende también el horno, y cuece panes; hace además un dios, y lo adora; fabrica un ídolo, y se arrodilla delante de él. Parte del leño quema en el fuego; con parte de él come carne, prepara un asado, y se sacia; después se calienta, y dice: ¡Oh! me he calentado, he visto el fuego; y hace del sobrante un dios, un ídolo suyo; se postra delante de él, lo adora, y le ruega diciendo: Líbrame, porque mi Dios eres tú. No saben ni entienden; porque cerrados están sus ojos para no ver, y su corazón para no entender.No discurre para consigo, no tiene sentido ni entendimiento para decir: Parte de esto quemé en el fuego, y sobre sus brasas cocí pan, asé carne, y la comí. ¿Haré del resto de él una abominación? ¿Me postraré delante de un tronco de árbol? De ceniza se alimenta; su corazón engañado le desvía, para que no libre su alma, ni diga: ¿No es pura mentira lo que tengo en mi mano derecha? (Isaías 44:9-20)
Nuestro Dios está en los cielos; Todo lo que quiso ha hecho. Los ídolos de ellos son plata y oro, Obra de manos de hombres. Tienen boca, mas no hablan; Tienen ojos, mas no ven; Orejas tienen, mas no oyen, Tienen narices, mas no huelen; Manos tienen, mas no palpan; Tienen pies, mas no andan; No hablan con su garganta. Semejantes a ellos son los que los hacen, Y cualquiera que confía en ellos. (Salmos 115:3-8)
sábado, 16 de noviembre de 2013
La busqueda de la pareja ideal
LA BUSQUEDA DE LA
PAREJA IDEAL
“Yo
os
conjuro,
oh
doncellas
de
Jerusalén,
Por
los
corzos
y
por
las
ciervas
del
campo,
Que
no
despertéis
ni
hagáis
velar
al
amor,
Hasta
que
quiera.”
Cantares 2:7
Hay
una etapa de madurez en la vida en que cada persona debe decidir si
desea compartir su vida o no con alguien mas.
“Digo,
pues,
a
los
solteros
y
a
las
viudas,
que
bueno
les
fuera
quedarse
como
yo;
pero
si
no
tienen
don
de
continencia,
cásense,
pues
mejor
es
casarse
que
estarse
quemando.”
1 Corintios 7:8-9
“pero
a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada
una tenga su propio marido.”
1 Corintios 7:2
Aunque
algunos como Pablo prefieren la soltería, para muchos de nosotros
ese deseo de encontrar pareja no solo es una necesidad sino también
el cumplimiento de la voluntad de Dios, el matrimonio.
“Y
dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré
ayuda idónea para él.” Génesis
2:18
“Por
tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su
mujer, y serán una sola carne.”
Génesis 2:24
Nosotros
los cristianos sabemos que debemos sujetarnos siempre a la voluntad
de nuestro Dios, ya que El es quien mejor nos conoce y quiere siempre
lo mejor para nosotros.
“Y
sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien,
esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.”
Romanos 8:28
“Porque
yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová,
pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.”
Jeremías
29:11
Debemos
saber que hemos sido predestinados para cumplir con el propósito que
Dios tiene para nosotros, esto incluye en muchos casos formar una
familia. Por lo tanto Dios tiene una compañera destinada para cada
uno de nosotros, una ayuda idónea, tal como Adán y Eva. Y ya que el
matrimonio es un compromiso ante Dios para toda la vida y no es
permitido el divorcio (salvo por causa de fornicación Mateo 19:9) no
se puede tomar a la ligera.
Esto
nos hace pensar : ¿Como saber que esta relación que tengo o pienso
tener esta de acuerdo a la voluntad de Dios? Dios ha dado
mandamientos y leyes en Su palabra.
“No
os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué
compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión
la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O
qué parte el creyente con el incrédulo?” 2
Corintios 6:14,15.
“Mas
vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo
adquirido por Dios...”
1 Pedro 2:9
Debemos
recordar que somos un pueblo de Dios y no podemos mezclarnos con el
mundo.
“Y
no emparentarás con ellas; no darás tu hija a su hijo, ni tomarás
a su hija para tu hijo. Porque desviará a tu hijo de en pos de mí,
y servirán a dioses ajenos; y el furor de Jehová se encenderá
sobre vosotros, y te destruirá pronto.” Deuteronomio
7:3,4
En
el libro de Esdras se testifica sobre esto:
“Entonces
respondió Secanías hijo de Jehiel, de los hijos de Elam, y dijo a
Esdras: Nosotros hemos pecado contra nuestro Dios, pues tomamos
mujeres extranjeras de los pueblos de la tierra; mas a pesar de esto,
aún hay esperanza para Israel.” Esdras
10:2
Si
la persona que pretendemos desea en verdad comprometerse con nosotros
debe estar dispuesta a tomar nuestra fe igual que Rut:
“Respondió
Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a
dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres,
viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios.” Rut
1:16
Y
al igual que el siervo de Abraham también nosotros deberíamos pedir
confirmación a Dios varias veces para saber si la persona que
pretendemos es la que Dios tiene para nosotros.
“Sea,
pues, que la doncella a quien yo dijere: Baja tu cántaro, te ruego,
para que yo beba, y ella respondiere: Bebe, y también daré de beber
a tus camellos; que sea ésta la que tú has destinado para tu siervo
Isaac; y en esto conoceré que habrás hecho misericordia con mi
señor.” Génesis
24:14
Al
igual que Pablo aconsejaba a Timoteo debemos someternos a los
mandamientos de Dios y no tomar como un juego las relaciones de
noviazgos entre cristianos.
“Huye
también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el
amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor.” 2
Timoteo 2:22
“Por
cuanto entristecisteis con mentiras el corazón del justo, al cual yo
no entristecí, y fortalecisteis las manos del impío, para que no se
apartase de su mal camino, infundiéndole ánimo, por tanto, no
veréis más visión vana, ni practicaréis más adivinación; y
libraré mi pueblo de vuestra mano, y sabréis que yo soy Jehová.”
Ezequiel 13:22,23.
“Serás
librado de la mujer extraña, De la ajena que halaga con sus
palabras, La cual abandona al compañero de su juventud, Y se olvida
del pacto de su Dios.” Proverbios
2:16
Sabiendo
que cuando alguna obra es de Dios no hay nada ni nadie que pueda
deshacerla.
“Y
ahora os digo: Apartaos de estos hombres, y dejadlos; porque si este
consejo o esta obra es de los hombres, se desvanecerá; mas si es de
Dios, no la podréis destruir; no seáis tal vez hallados luchando
contra Dios.” Hechos
5:38,39.
“Yo
os conjuro, oh doncellas de Jerusalén, Por los corzos y por las
ciervas del campo, Que no despertéis ni hagáis velar al amor, Hasta
que quiera.”
Cantares 2:7
miércoles, 5 de junio de 2013
Hermanos extraviados (Ovejas perdidas)
Hermanos
extraviados (Ovejas perdidas)
En
estos últimos tiempos, tiempos difíciles, muchos hermanos
cristianos se apartan de las cosas de Dios, algunas veces por
aflicciones ú otras por los afanes de esta vida, “El
que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero
el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la
palabra, y se hace infructuosa.” (Mateo
13:22). Pero como cristianos debemos recordar que “el
que persevere hasta el fin, éste será salvo.”
(Mateo 10:22) y tener misericordia de nuestros hermanos extraviados
para traerlos de nuevo al redil de las ovejas.
“Mirad
que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que
sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está
en los cielos. Porque el Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que
se había perdido. ¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas,
y se descarría una de ellas, ¿no deja las noventa y nueve y va por
los montes a buscar la que se había descarriado? Y si acontece que
la encuentra, de cierto os digo que se regocija más por aquélla,
que por las noventa y nueve que no se descarriaron. Así, no es la
voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno
de estos pequeños.”
(Mateo 18:10).
La
palabra de Dios dice: “Que
os améis unos a otros, como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor
que este, que uno ponga su vida por sus amigos.”
(Juan 15:12, 13). Es nuestra responsabilidad preocuparnos por
nuestros hermanos y avisarles del peligro de permanecer fuera del
camino de Dios: “Hijo
de hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel; oirás,
pues, tú la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte.
Cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; y tú no le
amonestares ni le hablares, para que el impío sea apercibido de su
mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su maldad, pero
su sangre demandaré de tu mano.” (Ezequiel
3:17).
Debemos
considerarnos a nosotros mismos pues en una situación semejante
necesitaríamos de la misericordia de otros cristianos
“considerándote
a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.” (Gálatas
6:1). “Hermanos,
si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad, y alguno
le hace volver, sepa que el que haga volver al pecador del error de
su camino, salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud de
pecados.”
(Santiago 5:19).
“Aún
hay esperanza para todo aquel que está entre los vivos”
(Eclesiastés
9:4). “El que
tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.”
(Apocalipsis 2:6).
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